Westvleteren 12

"Nosotros somos monjes, no cerveceros". Con este comentario del Padre abate del monasterio de San Sixto inicio esta nota de cata. ¿Por qué lo hago?, muy simple, porque quiero separar el producto que hacen estos monjes para el estricto sostenimiento de su abadía de la frivolidad de obtener 100 puntos, de ser nombrada la mejor cerveza del mundo en el 2005, y además, de ser la mejor "cervecería" del mundo en el 2002. Atrás de todo esto está RateBeer (Beer Advocate de coparticipe). Sí, la producción es extremadamente limitada, y lo seguirá siendo, porque los monjes no buscan en esto un negocio de abultadas ganancias. Basta resaltar que su producción total es el 4% del volumen que produce Chimay. Por otro lado, la receta no ha variado en nada desde sus inicios. Vale mencionar que la Westvleteren fue por muchos años  elaborada bajo licencia, por la cervecería Sint Bernardus de Watou. Bueno, desmitificado un poco el mito pasemos a la nota de cata.
 
Estamos ante una extraordinaria cerveza cuyas notas organolépticas tienen mucha similitud con aquellas de un vintage port o de una old ale inglesa. Compleja, potente y robusta, pero con mucho estilo, así se muestra. esta trapense. Su color caoba intenso y una perenne espuma marrón capuccino impactan la vista. Alta carbonatación. La Westvlteren 12 descarga aromas de caramelo, toffee, licor de café, chocolate bitter y pan integral que provienen del malteado; la levadura aporta notas de machacado de membrillo, grosellas negras y un leve recuerdo cítrico . El lúpulo adiciona aromas de hojas de laurel. No puedo dejar de mencionar que hacia el final entregó notas de higo seco y manzana acanelada. Mucho vigor, peso y equilibrio en boca; el sabor tostado de la malta, la fuerza y calidez del alcohol (lado dulce), y el amargor del lúpulo terminan de redondear la experiencia. Cuerpo medio y final licoroso. Golosa y exquisita es esta 12. Dejen un concho para tomarlo solo, es pura levadura. Si quieren lo mezclan. 
 
Seguro que con unos años de guarda (de tres para cinco) se acercará mucho más a un Porto de alta calidad. Caso parecido le ocurre a la Chimay de etiqueta azul (mejor si es una Grande Reserve). 
 
Palabras finales: así como disfruté bebiendo esta singular cerveza, me he deleitado con otras por igual. No importa si al santo lo visten con seda o con harapos, los milagros son los mismos. The last but not the least, debo agradecer a mi cuñado Johan van Dooren que luego de tanta insistencia mía, y mucha búsqueda de parte de él, pudo conseguirla y traerla con chapita y todo al Perú.
 
Características:
País: Bélgica
Región: Westvleteren, Flandes Occidental.
Cervecería: Abadía de San Sixto
Estilo: Trapense (Quadrupel)
Vol. Alc.: 10.2%
Otros: Alta fermentación, fermentación adicional en botella, no filtrada, no pasteurizada. Lúpulos de la zona, maltas tostadas, levadura Westmalle, azúcar candeal rubia, agua.
Temp. de servicio: 12ªC. 14ªC si tienes como mantenerla constante.
Maridaje: Siempre pensé en mousse de chocolate, tiramisú, o un fino chocolate belga 
Copa: No tengo la copa de la abadía así que utilicé la copa Riedel para cerveza.
 

 
 



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