Entre la euforia y la disforia
El 2017 se alejó dejando bastantes buenos sabores en el paladar. Gracias a Dios hubo gente que elegió correctamente qué entregar a un nicho de mercado, aún pequeñito pero en fase formativa. De las cervezas nacionales que conforman la movida "craftbeer" debo confezar que muy pocas pasaron la valla, que para este particular era bajita. La mayoría carece de personalidad o de género definido, algunas con nombres rimbombantes y de contenido imbebible. Hay microcervecerías serias que saben cuál es su norte, todavía distante, pero alcanzable. Otras, simplemente se subieron a la combi de la oportunidad sin saber su destino, pero eso sí, esperando no pagar el pasaje.
Euforia: Magdalena Mala Suerte Black IPA, Morrigan Stout, Candelaria Premium Lager, Candelaria Golden Ale, Curaka Pale Ale, Barbarian Brown Ale.
Disforia: Sierra Andina (cualquiera), Maddock (cualquiera), Candelaria La Peruana (antes La Patriota), Barbarian Apagón Imperial Stout.
No menciono IPA alguna, porque si no pueden elaborar una IPA bebible que se dediquen a vender sánguches.
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